Monday, December 31, 2007
Finale (2)
Y al final, todo termina como debe terminar, porque no queda otra cosa que aceptar el destino que nos ha de quedar. Ya en le fin, cuando todo se está terminando, a mí no me queda otra cosa que pensar…
Monday, December 24, 2007
Historia de las Ideas
Navidad feliz
Wednesday, December 19, 2007
Una vez…

Entre las propuestas de Tortorelli se encontraban:
- Instalar canillas de leche en cada esquina.
- Calles en bajada para ahorrar gasolina.
- Jornadas laborales de 15 minutos.
En épocas de tantas promesas futuras inciertas, ojalá todos tuviéramos un poco de Tortorelli.
Thursday, December 13, 2007
La tierra prometida

Un ejemplo claro era la forma que tenían de ver el fútbol. Según una teoría elaborada por ilustres eruditos del planeta, en el fútbol, se habían jugado tantos partidos, se habían marcado tantos goles, que resultaba inútil comentarlos. Se había establecido un sistema minucioso que describía todo los tipos de goles que se habían marcado. Un archivo escrito que documentaba goles pasados que servían como guía para el espectador. Cada vez que se comentaba un partido tanto por tele como por radio, cuando se hacían los goles, los comentarista no describían la jugada y ni se pasaban replay. Lo que se hacía era hacer mención a un gol pasado que fue similar al que se hizo ese mismo partido. El público, tan acostumbrado a esto, ya no necesitaba más información. Ya tenía toda la imagen en la cabeza y no precisaba más detalles por parte del comentarista.
En la actualidad, son varios los que refutan esta teoría, argumentando que lo que fomenta eso es la extinción de los periodistas deportivos puesto que ya no tienen nada que contar… quizá por eso yo estoy pensando en mudarme…
Saturday, December 8, 2007
The Wrath of Khan

Thursday, December 6, 2007
El círculo está completo
Pase toda la noche escupiendo sangre de mi boca. Pero no era sólo sangre, también era sangre coagulada que se formaba entre mis dientes y creaba una viscosidad desagradable que obstruía mi garganta. Dormí apenas dos horas y al levantarme, largué por la boca una masa gelatinosa de color rojo.
Ahora no sangra pero duele. Y estoy hinchado, muy hinchado. Pero ya se fueron. El círculo está completo. Ya no tengo más muelas de juicio.
POST RELACIONADO: Dos problemas menos
Saturday, December 1, 2007
Ahí nomás
Cuando faltan sólo 31 días para que termine este año me pregunto: ¿por qué no termina ahora?
Monday, November 26, 2007
Facilitación

- Buenas tardes.
- Buenas tardes, ¿comenzamos?
- Bien. Primero – le dije-, vamos a tener un tiempo considerable de espera antes de ponernos de novios…
- Gallina…
- ¿Cómo?
- Claro, claro. Segundo, nada de sexo en las primeras siete citas.
- Dos.
- Seis.
- Una.
- Seis.
- Ok. Tercero, nada de conocer a los padres en tres meses.
- Dos
- Cuatro
- Bueno…, creo que en este voy a ceder, si me permites elegir los lugares para salir.
- Mmm, me parecería que los más justo sería elegir uno y uno.
- Pero tú me pasas a buscar.
- Podríamos hacer lo mismo que con los lugares…
- ¡Qué Tacaño…!
- ¿Cómo?
- ¡Qué año!, digo… ¡qué año…!
- Sí, y hablando de eso, no ha sido un buen año económicamente… Me parece que estarás de acuerdo en que las primeras citas vamos con la cuenta a medias, ¿no?
- Sabes qué, me parece que no deberíamos comenzar a salir…
Pluma
Monday, November 19, 2007
The trip to India
Usted, conductor, que escondido tras un volante piensa que los demás son unos animales. Usted, peatón, que mira a los autos con miedo. Mire lo que sucede en India.
Apuesto que cuando vuelvan a la calle después de ver el video, los dos se fundirán en un fuerte abrazo.
P.D.: Sólo las vacas detienen a los autos.
Apuesto que cuando vuelvan a la calle después de ver el video, los dos se fundirán en un fuerte abrazo.
P.D.: Sólo las vacas detienen a los autos.
Saturday, November 17, 2007
El arquitecto Linberg

Él había pensado que la única forma de glorificar al partido era construir un sede que representara el real poderío comunista en el mundo. La nueva sede debía unificar al comunismo y reducirlo a una máxima, la expresión definitiva, un resumen absoluto de la militancia.
Después de días de estudio, el Arquitecto había elaborado sus primero borradores. La sede tendría una lógica circular. Siempre se tendría que caminar hacia el mismo lado para llegar a donde se quiera. Linberg resolvió que la única forma de avanzar dentro de la sede del partido sería hacia la izquierda.
La entrada, estaría ubicada a la izquierda de la fachada. Linberg argumentó que muchos dirían que en realidad la entrada se encuentra a la derecha. Para eso dejó en claro que la entrada está ubicada a la izquierda de la sede y no a la izquierda de la persona que mira la sede. Al pasar la entrada se encuentra a un largo corredor al que llamó “El camino del conocimiento”. A través de este largo corredor, de aproximadamente 100 metros, se llega a una puerta ubicada a la izquierda de ese mismo corredor. A partir de ahí, comienza el camino circular que va recorriendo toda la sede y que va obligando a quien quiera entrar a un salón tenga que doblar a la izquierda. Desde la recepción, las salas de congresos y hasta los baños. Para acceder a todo eso era necesario doblar a la izquierda.
El principal problema que se le planteó a Linberg fue la salida, puesto que si se quería hacer una puerta de salida, inevitablemente se iba a tener que doblar a la derecha. Lo resolvió de manera muy simple. Diseño otro cuarto más, con dos puertas. El que entraba a este cuarto (por la izquierda) debía salir nuevamente por la izquierda, es decir, por la otra puerta. Colocó el cuarto dentro del edificio de tal forma que cuando se salía por la segunda puerta (que también daba al corredor circular) se terminaba enfrentado a otra puerta que daba al exterior. La única forma de acceder a esa puerta era previamente entrando al cuarto, ya que no se podía doblar a la derecha en el corredor. Lo único que se tenía que hacer era caminar un par de pasos y ya se estaba afuera. A ese pequeño espacio le llamó “La reflexión final”.
La honorable asamblea rechazó los planos de Linberg. Argumentaron que lo único que hacía el ambicioso diseño del arquitecto era resaltar aún más las diferencias dentro del partido, los laberintos ideológicos entre las distintas corrientes, los problemas de entendimiento entre los propios miembros del partido y lo que es todavía peor: lo difícil que es de encontrarle una salida al comunismo.
Saturday, November 10, 2007
Mala mía

Ser bajo no es tan malo como parece…, miento, es una mierda. La única ventaja que se tiene es que en cierta riñas callejeras te pueden tener lástima. No sé si es buena o mala la lástima, pero a la hora de pelear, a mí me agrada… lo que no quita que me he llevado las mías (seamos justos, yo también he repartido).
Ni hablar a la hora de las mujeres (que es a todas las horas). Al vivir en un mundo que se guía por los estándares superficiales (los cuales yo respeto), resulta muy difícil que una mujer a primera vista quiera salir con una persona baja. Nos descartan como cuando vemos un montón de figuritas para nuestro álbum y descartamos las repetidas.
Por eso, lo único a la que se puede aferrar un enano es a su personalidad. No le queda otra cosa. Si quiere pelear ahí afuera, tiene que entrenar día a día todo tipo de frases que puedan atraer a una chica y que no lo dejen de lado. Es como el salmón remando contra la corriente. Debemos adentrarnos en el río y luchar contra todo. Se sabe que de primera se va a perder, pero igual lo intentamos. Un bajo, sin personalidad, no puede pelear ahí afuera. Un bajo, sin personalidad, es un jockey.
Claro que, en tiempo de confesarme, debo admitir otro defecto que tira aún más abajo mi entrada al mundo femenino: seseo. No constante pero zí impertinente… mierda lo volví a hazer. En este caso, la gente tiende a no destacar este defecto. Uno habla mal y cualquiera se te queda mirando como diciendo “le digo o no lo digo…”. Peor aún si hablo en grupo. En general se miran entre ellos cuestionándose lo mismo. A veces hasta repiten la palabra que seseé (¿?) en voz baja. El temas es que, si voy a hablar con una mujer, en un boliche, soy bajo y encima seseo… es una gran desventaja. Definitivamente voy a tener que remar mucho. No hay mujer que le guste eso, o por lo menos, si le gusta eso, definitivamente no es mi tipo de mujer.
Por eso tú, mujer, ya sabes que hacer después de escuchar esto. Dame una oportunidad, aunque sepas que te defraudaré…”
Monday, November 5, 2007
"Alusión a los orígenes: eresfea"
Saturday, November 3, 2007
El LaBeRiNtO sIn ReCuErDo
El laberinto de la memoria escondía varios secretos para él. Nunca pudo desentrañar los misterios que se escondían en su cabeza. Cada día, algo nuevo aparecía, pero sabía que el tiempo era más fuerte y que todo acabaría, hasta este comentario…
Friday, November 2, 2007
Jorge Luís

Más tarde comencé a pensar que quizá no era una error, sino que se trataba de otra genialidad del autor. Que, intencionalmente, dejó esas hojas en blanco para que el lector se sintiera libre de expresar o de imaginar lo que quiera. Para que el universo del receptor se una en sintonía con el del emisor. Para que juntos podamos encontrarle un final a la historia. El cierre que se merece el protagonista. La reflexión que amerita a la ocasión. La solución que termine con el conflicto…
Mañana voy a la librería a pedirles que me lo cambien.
Thursday, November 1, 2007
La brújula del tiempo

Desvelado por sus incansables apuntes, no hizo más que empezar a imaginar qué podría ser de su vida. Imaginó a su esposa, bella, angelical, amorosa. Su hogar, cálido y confortable. Sus hijos. Su trabajo. Todos sus amigos. Su éxito como hombre de ciencia.
El vertiginoso tiempo, que no esperó a que él terminara de conjeturar sus aspiraciones, le golpeó con un hemorragia cerebral, una de esas tantas noches de apuntes interminables.
Monday, October 29, 2007
De mares
Tuesday, October 23, 2007
Desde las barras
He aquí, un extracto de una discusión parlamentaria sobre si se puede o no alterar los destinatarios de un mail cadena (agregar o quitar una dirección del mismo). E el discurso, el diputado argumenta el porqué de su comportamiento:
“Todos sabemos que un mail cadena, por naturaleza, no pueden ser alterados. De lo contrario, se iría contra la libertad del propio mail cadena.
El tema es determinar si el mail cadena es un propio mail en el momento que se concibió por primera vez, es decir cuando en el asunto no estaba la palabra “Re:” o después de ser enviado y re enviado, cuando ya la palabra “Re:” estaba en el asunto.
En el caso del primero, resulta obvio: no se puede agregar a nadie a la cadena. En el segundo caso: se puede agregar a gente a la cadena ya que el mail cadena no es tal hasta que se mandó.
Yo me retiro de sala. Pienso que en un tema tan crucial, la gente debería decidir. Por eso, me parece que la mejor solución sería un referéndum consultivo”.
“Todos sabemos que un mail cadena, por naturaleza, no pueden ser alterados. De lo contrario, se iría contra la libertad del propio mail cadena.
El tema es determinar si el mail cadena es un propio mail en el momento que se concibió por primera vez, es decir cuando en el asunto no estaba la palabra “Re:” o después de ser enviado y re enviado, cuando ya la palabra “Re:” estaba en el asunto.
En el caso del primero, resulta obvio: no se puede agregar a nadie a la cadena. En el segundo caso: se puede agregar a gente a la cadena ya que el mail cadena no es tal hasta que se mandó.
Yo me retiro de sala. Pienso que en un tema tan crucial, la gente debería decidir. Por eso, me parece que la mejor solución sería un referéndum consultivo”.
Monday, October 22, 2007
Qué elegancia la de Francia

Lo cierto que esta mina se lo buscó. Calor, mucho calor, eso no lo niego. Pero la musculosa que llevaba era tan chica que insinuaba lo no insinuable. Un par de epítetos elegantes salieron de una obra de la cuadra (¡Cómo te parto! ¡Pero que…!). Yo los miré con cara rara. En seguida saltó un grito.
“¿Qué? Me vas a decir que vos no…”. La verdad es que tenía razón. Yo sí.
Friday, October 19, 2007
Monday, October 15, 2007
Ecuación (4)

A todos nos da miedo asumir que una modelo nos parece fea. Es ir contra la corriente. Es el famoso espiral del silencio. No queremos que nos aíslen. Pero hay veces que la razón puede más contra el desesperado grito de masculinidad de la mayoría. Hay veces que simplemente no nos podemos callar. Si no, el que calla otorga, y en ciertos casos, no es bueno dar por hecho algunas cosas.
Sunday, October 14, 2007
Saturday, October 13, 2007
M-O-N-i-Y

En un principio, el papel moneda (lo que hoy vulgarmente llamamos dinero o billetes) servía para garantía de que mi oro estaba guardado en el castillo de fulano de tal. Era sólo eso. Un comprobante barato de que yo poseía tanto oro.
Pero la cosa se complicó aún más. El billete no sólo pasó a representar lo que se guardaba, pasó a ser lo que se guardaba. Empezó a tener valor. Así, cada billete que tenía uno, era en efecto, una pepita de oro.
Pero la cosa se complicó aún aún más más. Ahora había tantos billetes que se perdió la cuenta, y en el siglo pasado se decidió que los billetes no tenían respaldo. Es decir que, valían porque valían. Punto
Que abstracta es la economía.
Friday, October 12, 2007
Monday, October 8, 2007
Permiso

- Me permites…
- ¿Perdón?
- Quiero hacerlo en privado.
- …
- Acaso alguna vez yo te he molestado en el toilet –hablaba con una gentileza que me molestaba.
- Pues… no sé, es que hay una puerta...
- Bueno, no espero menos de ti.
- Pero, hemos hecho esto miles de veces...
- Ya no es lo mismo.
- De todas maneras voy a verlo cuando lo levante con la bolsita de plástico.
- Tú y tus asquerosos hábitos...
Friday, October 5, 2007
Superficie

Gabi puso el primer pie sobre la pista de hielo mientras alzaba su mano para que su padre la tomara. Se abrazó fuerte a él apenas su otro pie tocó la pista.
- ¿Ves?, no es nada.
Con mucho miedo, la hija comenzó a deslizarse por la pista, siempre tomada muy fuerte de la mano de su padre.
- Vamos, querida. Prueba tu sola.
- No quiero, pa. ¡Por favor, no quiero!
- Pero no es nada linda. Vamos, inténtalo.
El padre soltó la mano de su hija y ella comenzó a andar sola. Tambaleó un momento pero luego pudo afirmarse y comenzó a dar vueltas por la pista.
Chess
Thursday, October 4, 2007
Concordancia
- Antes no había eso.
- Estaba el telégrafo.
- Ya no existe más el telégrafo, ¿no?
- Creo que no, ¿para qué?
- Para qué
- Estaba el telégrafo.
- Ya no existe más el telégrafo, ¿no?
- Creo que no, ¿para qué?
- Para qué
Tuesday, October 2, 2007
¿Cómo decirlo?
Monday, October 1, 2007
ALA

- ¿Tas seguro que esta era la casa, boludo?
- Sí, claro.
- ¿Pero esta pelotuda por qué no atiende?
- Probá de nuevo.
- Ya toque mil veces. Mirá que te dije que arreglaras bien. ¿Son pelotudas las amas de casa? ¿Qué entienden por “en una semana hacemos la prueba de la blancura”?
Fabián Gianola siguió esperando, pero la ama de casa nunca atendió. No sólo no se pudo hacer la prueba de la blancura, sino que también la ama de casa se quedó con una muestra gratis del jabon.
Sin rastros
Paula estaba acostada a mi lado, desnuda. Me daba su espalda. Su respiración lenta, pausada, me provocaba tranquilidad. Yo veía cómo dormía sin ninguna preocupación. Su espalda me atraía como un imán. Seguía sus curvas con mi mirada como si estuviera siguiendo a una montaña rusa yendo de lado a lado.
Comencé a acariciar el contorno de su cuerpo con suavidad. Su piel era suave, lisa y me erizaba el solo hecho de acariciarla. Seguí todo el recorrido de la montaña rusa hasta llegar a las caderas. Sin darme cuenta, mis dedos se perdieron en la piel. Desde mi posición, me resultaba imposible ver mi mano, algo que por cierto, era bastante extraño.
Me acerqué lentamente a su cadera sin mover mi perdida mano derecha. De más cerca el panorama no cambiaba, mi mano se perdía en la piel. Pero al acercarme aún más me di cuenta de que mi mano se encontraba dentro de su cadera. Había penetrado su piel. No había ni sangre, ni se podía ver ningún rasguño, era como una especie de bolsillo de piel.
Retire rápidamente mi mano con susto, pues no sabía qué podía haber ahí dentro. Sin embargo mi mano estaba intacta, sin ninguna marca y particularmente caliente. Paula se dio vuelta y abrió los ojos. Al darse vuelta, pude ver que simétricamente ubicada del otro lado se encontraba exactamente la misma abertura. No me pude contener.
- ¿Qué es eso en tus caderas?
Ella quedó tan asustada como yo. Aunque confesó no sentir dolor alguno. Exploramos durante un buen rato sus bolsillos. Eran tan suaves y tiernos como el resto de su piel. Pero parecían tener poco profundidad. Decidimos ir al doctor a primera hora de la mañana.
La primera luz del sol se asomó a las seis y cincuenta, pero no me molestó porque yo ya estaba despierto. No había podido dormir nada. Paula despertó mucho después. Parecía que no recordaba nada de lo de ayer de noche. Pero apenas levantó su cuerpo revisó instintivamente sus bolsillos de piel. Habían crecido. Más bien parecían más profundos que la noche anterior. Se asemejaban aún más a un par de bolsillos. Paula exploró durante varios segundos sus amplios bolsillos con cara pensativa, moviendo sus ojos de lado a lado, hasta que vi que su expresión se paralizó.
Sacó la mano izquierda primero y después, muy lentamente, la derecha. La extendió. En su palma se encontraba un pequeño papelito azul que decía: “Ir al médico”.
Asistimos a la primera hora del médico de Paula. Concluyó que lo que tenía Paula era un “importante desplazamiento de epidermis”, y le recomendó una crema especial (que nunca usó) y unas pastillas para el dolor (que nunca tuvo). Sobre la nota no supo qué decir. “Quizá ella la dejó ahí”, bromeó. Nadie rió. Dejé a Paula en casa y fui al trabajo. Ella se tomo el día libre.
Al otro día me fui temprano a trabajar y llegué tarde a casa. Paula ya estaba dormida. Fui a vaciar el cenicero después de un par de cigarrillos y al levantar la tapa de la basura pude ver que en su interior se encontraban un montón de papelitos azules. Los levanté todos y pude comprobar que tenían el mismo tamaño y letra que el primer papel que había encontrado Paula en su bolsillo de piel. Pero en cada uno había escrito una cosa diferente. “Ir a trabajar”. “Terminar el proyecto”. “Visitar a Juan”. “Comprar cena”.
La noche siguiente interrogué a Paula. Me contó que las notas habían aparecido de repente, y le hacían recordar todas las cosas que debían hacer. Cada vez que terminaba de hacer algo, sólo tenía que explorar sus bolsillos de piel y una nueva nota aparecía y le decía qué hacer.
Su vida, o la nuestra, se hizo dependiente de esas notas. No se hacía nada sin antes consultar sus bolsillos de piel. Hace un año nos mudamos a un nuevo apartamento. También cambiamos todos los muebles y hasta compramos un perro. En seis meses cambió dos veces de empleo. Y hasta en nuestras últimas vacaciones consultamos a las notas (tuvimos que ir al Caribe porque las notas lo decían).
El tiempo pasó y a pesar de todo seguí amando a Paula. Seguía hipnotizado con sus curvas. Y me excitaba pasar mis manos por sus bolsillos de piel, por más que cada vez que encontraba una nota ella me prohibía leerla.
Ya en invierno, dejaba mis manos en sus bolsillos de piel. El calor que recibía era acogedor y eran una perfecta calefacción humana. Ella también disfrutaba cuando dejaba mis manos ahí.
Paula se levantó, como todas las mañanas, antes que yo. No pude saber qué hacía porque estaba muy dormido. Después de un rato se acercó a la mesa de luz. Pude ver que dejaba una nota azul al lado del despertador. Jamás volvimos a dormir juntos.
Comencé a acariciar el contorno de su cuerpo con suavidad. Su piel era suave, lisa y me erizaba el solo hecho de acariciarla. Seguí todo el recorrido de la montaña rusa hasta llegar a las caderas. Sin darme cuenta, mis dedos se perdieron en la piel. Desde mi posición, me resultaba imposible ver mi mano, algo que por cierto, era bastante extraño.
Me acerqué lentamente a su cadera sin mover mi perdida mano derecha. De más cerca el panorama no cambiaba, mi mano se perdía en la piel. Pero al acercarme aún más me di cuenta de que mi mano se encontraba dentro de su cadera. Había penetrado su piel. No había ni sangre, ni se podía ver ningún rasguño, era como una especie de bolsillo de piel.

- ¿Qué es eso en tus caderas?
Ella quedó tan asustada como yo. Aunque confesó no sentir dolor alguno. Exploramos durante un buen rato sus bolsillos. Eran tan suaves y tiernos como el resto de su piel. Pero parecían tener poco profundidad. Decidimos ir al doctor a primera hora de la mañana.
La primera luz del sol se asomó a las seis y cincuenta, pero no me molestó porque yo ya estaba despierto. No había podido dormir nada. Paula despertó mucho después. Parecía que no recordaba nada de lo de ayer de noche. Pero apenas levantó su cuerpo revisó instintivamente sus bolsillos de piel. Habían crecido. Más bien parecían más profundos que la noche anterior. Se asemejaban aún más a un par de bolsillos. Paula exploró durante varios segundos sus amplios bolsillos con cara pensativa, moviendo sus ojos de lado a lado, hasta que vi que su expresión se paralizó.
Sacó la mano izquierda primero y después, muy lentamente, la derecha. La extendió. En su palma se encontraba un pequeño papelito azul que decía: “Ir al médico”.
Asistimos a la primera hora del médico de Paula. Concluyó que lo que tenía Paula era un “importante desplazamiento de epidermis”, y le recomendó una crema especial (que nunca usó) y unas pastillas para el dolor (que nunca tuvo). Sobre la nota no supo qué decir. “Quizá ella la dejó ahí”, bromeó. Nadie rió. Dejé a Paula en casa y fui al trabajo. Ella se tomo el día libre.
Al otro día me fui temprano a trabajar y llegué tarde a casa. Paula ya estaba dormida. Fui a vaciar el cenicero después de un par de cigarrillos y al levantar la tapa de la basura pude ver que en su interior se encontraban un montón de papelitos azules. Los levanté todos y pude comprobar que tenían el mismo tamaño y letra que el primer papel que había encontrado Paula en su bolsillo de piel. Pero en cada uno había escrito una cosa diferente. “Ir a trabajar”. “Terminar el proyecto”. “Visitar a Juan”. “Comprar cena”.
La noche siguiente interrogué a Paula. Me contó que las notas habían aparecido de repente, y le hacían recordar todas las cosas que debían hacer. Cada vez que terminaba de hacer algo, sólo tenía que explorar sus bolsillos de piel y una nueva nota aparecía y le decía qué hacer.
Su vida, o la nuestra, se hizo dependiente de esas notas. No se hacía nada sin antes consultar sus bolsillos de piel. Hace un año nos mudamos a un nuevo apartamento. También cambiamos todos los muebles y hasta compramos un perro. En seis meses cambió dos veces de empleo. Y hasta en nuestras últimas vacaciones consultamos a las notas (tuvimos que ir al Caribe porque las notas lo decían).
El tiempo pasó y a pesar de todo seguí amando a Paula. Seguía hipnotizado con sus curvas. Y me excitaba pasar mis manos por sus bolsillos de piel, por más que cada vez que encontraba una nota ella me prohibía leerla.
Ya en invierno, dejaba mis manos en sus bolsillos de piel. El calor que recibía era acogedor y eran una perfecta calefacción humana. Ella también disfrutaba cuando dejaba mis manos ahí.
Paula se levantó, como todas las mañanas, antes que yo. No pude saber qué hacía porque estaba muy dormido. Después de un rato se acercó a la mesa de luz. Pude ver que dejaba una nota azul al lado del despertador. Jamás volvimos a dormir juntos.
Sunday, September 30, 2007
Hace frío y estoy lejos de casa

- ¿Qué te piensas que haces?
- Pues…, lo del todos los días…
- ¡Ah no! Viste el frío que hace. Por lo menos frótate las manos un poco, como gentileza.
- Puedo ponerme guantes si quieres…
- Le quitas toda la emoción…
Saturday, September 29, 2007
Friday, September 28, 2007
Monday, September 24, 2007
Saturday, September 22, 2007
Teorías de limpieza
Wednesday, September 19, 2007
Comunicado de la Asociación Nacional de Cañas (filial de la Asociación Nacional de Rifles)
Estimados Socios,

Desde los orígenes de nuestra organización, fundada en los más conservadores y puros valores religiosos, hemos fomentado con ahínco la caza de peces en cualquier tipo de tajamar, arroyo, mar, río u océano.
Está plasmado en las sagradas escrituras que es nuestro derecho natural la caza indiscriminada de peces. ¿Acaso no fue Dios el que creó los animales para que nosotros, los hombres, los cacemos para alimentarnos o divertirnos? Por tanto sólo Dios mismo será capaz de determinar el cese de nuestra misión, sólo el Soberano nos pondrá cotos.
Surgió sobre este asunto en nuestra última reunión la discusión del origen real del pez que se pesca. Algunos compañeros, y con razón, se cuestionaron si realmente es un pez aquel que previamente fue cazado y luego devuelto al mar, para ser atrapado nuevamente.
De ninguna manera se le puede atribuir la categoría de pez a un pez que ya fue pescado. Una vez que un pez abandona el mar por razones no naturales, es un pescado y jamás cambiará esa condición.
Con relación a esto, nuestra organización rechaza rotundamente aquellos activistas que con bandera “Ecologista” devuelven los peces…, perdón, pescados, al mar. Una vez que se pesca, el pescado no puede a volver a tocar agua, a no ser claro, que forme parte de la limpieza del mismo o de algún guiso que su cazador prepare.
Estamos dispuestos a seguir asesorando a nuestros miembros para despejar alguna duda sobre este asunto.
Atentamente
Gonzalo Riel
Presidente Honorario de ANC

Desde los orígenes de nuestra organización, fundada en los más conservadores y puros valores religiosos, hemos fomentado con ahínco la caza de peces en cualquier tipo de tajamar, arroyo, mar, río u océano.
Está plasmado en las sagradas escrituras que es nuestro derecho natural la caza indiscriminada de peces. ¿Acaso no fue Dios el que creó los animales para que nosotros, los hombres, los cacemos para alimentarnos o divertirnos? Por tanto sólo Dios mismo será capaz de determinar el cese de nuestra misión, sólo el Soberano nos pondrá cotos.
Surgió sobre este asunto en nuestra última reunión la discusión del origen real del pez que se pesca. Algunos compañeros, y con razón, se cuestionaron si realmente es un pez aquel que previamente fue cazado y luego devuelto al mar, para ser atrapado nuevamente.
De ninguna manera se le puede atribuir la categoría de pez a un pez que ya fue pescado. Una vez que un pez abandona el mar por razones no naturales, es un pescado y jamás cambiará esa condición.
Con relación a esto, nuestra organización rechaza rotundamente aquellos activistas que con bandera “Ecologista” devuelven los peces…, perdón, pescados, al mar. Una vez que se pesca, el pescado no puede a volver a tocar agua, a no ser claro, que forme parte de la limpieza del mismo o de algún guiso que su cazador prepare.
Estamos dispuestos a seguir asesorando a nuestros miembros para despejar alguna duda sobre este asunto.
Atentamente
Gonzalo Riel
Presidente Honorario de ANC
Saturday, September 15, 2007
Utopía...
Me gustaría que la lluvia limpiase más de lo que limpia. Que toda esa agua que corre por la vereda se lleve más que hojas. Que arrastre sentimientos, ideas, vidas. Que nos purifique tanto como lo hace con el asfalto. Y que, finalmente, cuando el día aclare, seamos otro. Más puro. Más sano. Más simple.
La pared era rosa
Las lágrimas corrían por su cara como en un cristal corren las gotas de agua un día de lluvia. Él puso una cara de no entender nada. Soltó un suspiro de desolación. Ella seguía llorando. Él no la consoló. Para nada. Se quedó fijo, mirando la pared rosa del cuarto de ella. Todo había terminado, o empezado…
Friday, September 14, 2007
Sapiencia
Me ha sucedido más de una vez, y ésta no fue la excepción. Cuando voy a ver un filme uruguayo (rodado en Uruguay) se genera en el entorno, y hasta en mis propios acompañantes, el mismo comentario. Un murmullo continuo de “mira, eso es en…”, “esto lo filmaron en…”, y así. En la sala comienza una lucha encarnizada por ver quién adivina
primero el lugar en donde se filmó la escena que están proyectando. Por eso, cuando fui a ver La Cáscara, la situación no me tomó por sorpresa.

Apenas comenzaron a proyectar las primeras imágenes, se desató la competencia entre conocidos y ajenos. Mi acompañante, que demostró conocer bastante la ciudad (la mayoría de las locaciones de la película eran en Montevideo), fue a la cabeza del resto. Escupía zonas de Montevideo a cada minuto. “Prado, Golf, Puerto, Centro…”. Escupía barrios de Montevideo como un futbolista escupe saliva. Yo, como otros acompañantes de la sala que detestaban esto, asentí a cada zona como si me estuviera dando una clase sobre el genoma humano.
Parece que cierta gente, cuando va a ver cine uruguayo, se concentra más en ver en qué zona de la ciudad se filmó la película que en la trama misma del filme. Como si realmente importara demostrar que uno conoce realmente a su país, o en este caso, su ciudad. Me gustaría saber si un siciliano hace lo mismo cada vez que ve Il postino o un neoyorquino con Un Argentino en Nueva York.
Por supuesto, la película seguió corriendo y yo también me terminé sumando a la competencia. No porque me interese participar de ese juego o para ganar la competencia, sino para demostrar que yo también conozco a mi ciudad.
primero el lugar en donde se filmó la escena que están proyectando. Por eso, cuando fui a ver La Cáscara, la situación no me tomó por sorpresa.

Apenas comenzaron a proyectar las primeras imágenes, se desató la competencia entre conocidos y ajenos. Mi acompañante, que demostró conocer bastante la ciudad (la mayoría de las locaciones de la película eran en Montevideo), fue a la cabeza del resto. Escupía zonas de Montevideo a cada minuto. “Prado, Golf, Puerto, Centro…”. Escupía barrios de Montevideo como un futbolista escupe saliva. Yo, como otros acompañantes de la sala que detestaban esto, asentí a cada zona como si me estuviera dando una clase sobre el genoma humano.
Parece que cierta gente, cuando va a ver cine uruguayo, se concentra más en ver en qué zona de la ciudad se filmó la película que en la trama misma del filme. Como si realmente importara demostrar que uno conoce realmente a su país, o en este caso, su ciudad. Me gustaría saber si un siciliano hace lo mismo cada vez que ve Il postino o un neoyorquino con Un Argentino en Nueva York.
Por supuesto, la película seguió corriendo y yo también me terminé sumando a la competencia. No porque me interese participar de ese juego o para ganar la competencia, sino para demostrar que yo también conozco a mi ciudad.
Monday, September 10, 2007
Localismos

Mensaje desesperado de eimb a eresfea. Cito:
Hay un nuevo anuncio de Grapa Miel Vesubio. Onda verano entre amigos, pero a los clásicos protagonistas anteriores que cerraron la cuenta internacional se le suman dos chicas generosamente agraciadas (físicamente hablando, claro está). Los chicos están en el bar y le invitan unas grapas a las chichis. Cuando llega el mozo uno de ellos dice "Ah, pero se puede tomar con hielo", a lo que el otro le responde, "Con hielo o sin hielo, la Grapa Miel es Vesubio". Brillante.
Thursday, September 6, 2007
Tango que me hiciste mal

Lo que más me atrae de las canciones es la voz de ella. Son como un perfume fuerte y constante que me obliga oler permanentemente su aroma. Por desgracia me puse a investigar quién era Cecilia Milone.
Resultó no ser otra que la Cecila Milone actriz, que yo ya conocía. Una curadora de dos pesos con cincuenta que ligó con tener una buena voz y como no la dejan actuar, se dedica al canto. También me enteré(mentira, ya lo sabía) que tuvo un amorío con el afamado productor de teatro chatarra de Bs.As. Nito Artazar y que fue la culpable de la ruptura del matrimonio de este último.
Mientras escribo estas líneas, miró a la cama y allá está ella, mirándome con cara de por qué no venís para acá. Terminó las últimas líneas a la apurada y acuesto a su lado. Le propongo ver una película y pongo SPACE. Están pasando Tonto y Retonto. “Ideal”, pienso. A la media hora ella decide irse para su casa. Al cerrar la puerto murmulle:
- Al menos Nito me hacía mimitos…
Los mareados
Esta noche amiga mía
el alcohol nos ha embriagado
que me importa que se rían
y nos llamen los mareados
cada cual tiene sus penas
y nosotros las tenemos
esta noche beberemos
porque ya no volveremos
a vernos más
Hoy vas a entrar en mi pasado
en el pasado de mi vida
tres cosas lleva el alma herida
amor, pesar, dolor
Hoy vas a entrar en mi pasado
y , nuevas sendas tomaremos
que grande ha sido nuestro amor
y sin embargo, ay!
mirá lo que quedó
Esta noche amiga mía
el alcohol nos ha embriagado
que me importa que se rían
y nos llamen los mareados
cada cual tiene sus penas
y nosotros las tenemos
esta noche beberemos
porque ya no volveremos
a vernos más
A vernos más
a vernos más.
Método práctico para el ahorro de champú y jabón
Paso 1: Compre un frasco de champú a elección.
Paso 2: Métase en la ducha.
Paso 2b: Verifique que la ducha esté encendida.
Paso 2c: Verifique que no tenga ropa cuando se meta en la ducha.
Paso 3: Frótese una cantidad importante de champú en el pelo.
Paso 4: Permita que el champú se deslice por todo el cuerpo.
Paso 5: Verifique que el jabón se haya escurrido.
Paso 6: Ya puede salir de la ducha, ¡y sin gastar un gramo de jabón!
Paso 2: Métase en la ducha.
Paso 2b: Verifique que la ducha esté encendida.
Paso 2c: Verifique que no tenga ropa cuando se meta en la ducha.
Paso 3: Frótese una cantidad importante de champú en el pelo.
Paso 4: Permita que el champú se deslice por todo el cuerpo.
Paso 5: Verifique que el jabón se haya escurrido.
Paso 6: Ya puede salir de la ducha, ¡y sin gastar un gramo de jabón!
Estoy frente a la computadora. Tipeo. Tipeo. Tipeo. Y mi perro me mira sin entender qué hago. Sólo me mira. Yo me hago el que no me doy cuenta de que me mira. De repente, doy vuelta la mirada y lo miro fijo. El salta de su letargo y se me acerca toda prisa para que lo salude. Me pregunto si sabe realmente lo que hago. Si piensa que estoy en lo correcto. Si estoy errado. Si leería mi blog. Claro que no leería mi blog….
Dancing
Veo patinando por un sueño y sólo tengo un pensamiento en mi cabeza:
“¡Qué se caigan, qué se caigan, qué se caigan…!”
“¡Qué se caigan, qué se caigan, qué se caigan…!”
Friday, August 31, 2007
Tirados

Tirados en la cama, ella pensaba en qué afortunada era. Mirando los pequeños vellos que crecían cerca de la uña del dedo gordo, imaginaba cómo habían llegado a eso. ¿Cuándo fue que pasó? ¿En qué momento logro conseguir llegar hasta ese momento?
Se preguntó si él realmente la quería. Si él también miraría su cuerpo como ella veía el de suyo. Buscó una respuesta.
Miró de nuevo sus pies. La forma arqueada, como de una garra, que habían adquirido después de que él cambiara de posición para dormir más cómodo, arrugó de tal forma la planta de los pies que formó una serie de líneas paralelas, como surcos de arados en el campo. Eran cinco líneas perfectas. No tenía ni un principio ni un final claro. No sabía si eran reales o no, pero ella creía verlas ahí.
Intentó cerrar los ojos. Acompasarse al sueño de él. Y no pudo. No le importaba si él la quería realmente. Sólo le importaba creer que él la quería. La simple ilusión, mantener la esperanza de que él sentía algo por ella la dejaba tranquila. “Acaso no es eso el amor”, pensó mientras volvía a mirar los surcos en las plantas de los pies, “creer que nos quieren”.
Cuestión de imagen

No recuerdo qué fue lo último que compré, pero estoy seguro de que no era tan importante como para acordarme.
Mi madre –principal fuente de vestimenta de un hombre promedio- también hace tiempo que no m compra nada. Igualmente, hace tiempo que le prohibí a mi madre comprarme cosas. Mi madre es la típica persona que viaja y te trae de regalo una remera que dice “Yo estuve en Santo Domingo”. O que cuando te regala algo, no es consciente de lo lejos que está de los gustos personales de uno. Es por eso que el único regalo que acepto de mi madre son calzoncillos.
Y sin embargo, a pesar de todo esto, sigo acá, con mi look del 2006 para atrás y me atrevo a decir, casi con rebeldía, que me siento un poco retro…
Thursday, August 30, 2007
Bitácora del capitán Rober Cook: los problemas de los polos
De mis viajes por el polo sur, he podido concluir varias cosas:
1- Si uno camina hacia al sur, tarde o temprano, terminará caminado hacia el norte. Varias expediciones se han perdido en busca de la dirección adecuanda. No conviene guiarse por los puntos cardinales si se está en la polo sur.
2- Al pararnos en el polo sur, no se puede hacer otra cosa que caminar hacia el norte. Es decir, no existe ni este ni oeste. Todos los conflictos culturales entre oriente y occidente son nulos, suenan lejanos y difíciles de entender.
3- En el polo sur, hace frío.
1- Si uno camina hacia al sur, tarde o temprano, terminará caminado hacia el norte. Varias expediciones se han perdido en busca de la dirección adecuanda. No conviene guiarse por los puntos cardinales si se está en la polo sur.
2- Al pararnos en el polo sur, no se puede hacer otra cosa que caminar hacia el norte. Es decir, no existe ni este ni oeste. Todos los conflictos culturales entre oriente y occidente son nulos, suenan lejanos y difíciles de entender.
3- En el polo sur, hace frío.
Sunday, August 26, 2007
El problema de la bombita
Se quemó la bombita de mi mesa de luz. Hasta acá parece un tema con una solución simple, pero para el funcionamiento de la casa, pérdidas como las de una bombita de luz determinan el quiebre del estatus quo.
Mi casa se maneja por distintos feudos (también conocidos como cuartos). Cada cuarto maneja sus reglas y las impone como quiere siempre y cuando no choquen con la de los otros feudos (por ejemplo: tirar una pared abajo para juntar dos feudos). Es decir que, todos los feudos que conviven en el mismo departamento, son independientes. Cada cual come en su feudo, cada cual estudia en su feudo, cada cual mira la tele en su feudo y cada cual duerme en su feudo (según mis estudios, esta última es la actividad más “normal”, las demás resultan excéntricas para extraños…).
Claro que todos los feudos sufren el control o la regulación de un Rey (en este caso, una reina, mi madre) pero a la hora de mantenimientos, cada uno tiene que ocuparse de sus cosas. Por eso, un tema tan básico como el cambio de una bombita de luz corresponde al amo del feudo y no al rey o reina.
Hace más de un mes que estaba sin la luz del techo. La bombita se quemó un día pero no le di importancia porque aún tenía la de la mesa de luz. Ahora, casi a oscuras (los días son nublados en esta época) escribo este post, tanteando las teclas, intentando distraerme en otra cosa. Pero yo sé, sólo yo sé, que tarde o temprano tendré que ir a comparar una bombita.
Mi casa se maneja por distintos feudos (también conocidos como cuartos). Cada cuarto maneja sus reglas y las impone como quiere siempre y cuando no choquen con la de los otros feudos (por ejemplo: tirar una pared abajo para juntar dos feudos). Es decir que, todos los feudos que conviven en el mismo departamento, son independientes. Cada cual come en su feudo, cada cual estudia en su feudo, cada cual mira la tele en su feudo y cada cual duerme en su feudo (según mis estudios, esta última es la actividad más “normal”, las demás resultan excéntricas para extraños…).
Claro que todos los feudos sufren el control o la regulación de un Rey (en este caso, una reina, mi madre) pero a la hora de mantenimientos, cada uno tiene que ocuparse de sus cosas. Por eso, un tema tan básico como el cambio de una bombita de luz corresponde al amo del feudo y no al rey o reina.
Hace más de un mes que estaba sin la luz del techo. La bombita se quemó un día pero no le di importancia porque aún tenía la de la mesa de luz. Ahora, casi a oscuras (los días son nublados en esta época) escribo este post, tanteando las teclas, intentando distraerme en otra cosa. Pero yo sé, sólo yo sé, que tarde o temprano tendré que ir a comparar una bombita.
Sunday, August 19, 2007
Lista selecta de nombres árabes
Con mi mujer, como se dice ahora, estamos embarazados. Como siempre sucede en estas situaciones, el hombre toma el control completo de las actividades de la casa. Estos tiene sus ventajas y desventajas. Una de las desventajas son los mandados.
Haciendo una de las tantas compras en el supermercado, vi en la góndola de libros entre los de filosofía barata de Pablo Coelho y los de cocina de Gato Dumas, uno de esos libros con listas de nombres para futuros bebés. No dude en comprarlo, no sólo por el buen precio, sino también para mantener distraída a mi esposa de sus excéntricos antojos.
El capítulo doce del libro decía así:
XII Lista selecta de nombres árabes:
Al-cides (viene de inmigrantes de sudamérica)
Al-berto
Al-icia
Al-baca
Al-nonino (viene de famoso filósofo árabe)
Al-izar
Al-cachofa
Al-vino
AL-CA (viene de un viejo tratado saudí)
Al-arido
Al-mohada
Al-lá
Al-tillo
Al-ud
Al-fombra
Al-midón
Al-eman (viene de inmigrantes europeos)
Al-as pruebas me remito (viene de un viejo dicho árabe)
Al-gunos
Al-batros
Al-eatorio
Al-icate (viene de un elemento moderno para circuncidar uñas)
Al-ivio
Al-iniación
Al-pargata
Al-fin
Al-Gore (viene de un ex vice-jeque)
Al-imento
Al-revés
Al-imal (viene de una mezcla de árabe y chino)
Al-meja
Al-coba
Al-fil (viene de un juego pagano)
Al-quimia
Al-piste (viene de cominda tradicional de canarios)
Al-egría
Al-cagüete (viene de famoso áraba chupa medias)
Al-ucinación
Al-abanza
Al-pan pan, Al vino vino (viene de un viejo dicho árabe)
Al-partir un beso y una flor (viene de una famosa canción árabe)
Al-...
Al final, le pusimos María...
Haciendo una de las tantas compras en el supermercado, vi en la góndola de libros entre los de filosofía barata de Pablo Coelho y los de cocina de Gato Dumas, uno de esos libros con listas de nombres para futuros bebés. No dude en comprarlo, no sólo por el buen precio, sino también para mantener distraída a mi esposa de sus excéntricos antojos.
El capítulo doce del libro decía así:
XII Lista selecta de nombres árabes:
Al-cides (viene de inmigrantes de sudamérica)
Al-berto
Al-icia
Al-baca
Al-nonino (viene de famoso filósofo árabe)
Al-izar
Al-cachofa
Al-vino
AL-CA (viene de un viejo tratado saudí)
Al-arido
Al-mohada
Al-lá
Al-tillo
Al-ud
Al-fombra
Al-midón
Al-eman (viene de inmigrantes europeos)
Al-as pruebas me remito (viene de un viejo dicho árabe)
Al-gunos
Al-batros
Al-eatorio
Al-icate (viene de un elemento moderno para circuncidar uñas)
Al-ivio
Al-iniación
Al-pargata
Al-fin
Al-Gore (viene de un ex vice-jeque)
Al-imento
Al-revés
Al-imal (viene de una mezcla de árabe y chino)
Al-meja
Al-coba
Al-fil (viene de un juego pagano)
Al-quimia
Al-piste (viene de cominda tradicional de canarios)
Al-egría
Al-cagüete (viene de famoso áraba chupa medias)
Al-ucinación
Al-abanza
Al-pan pan, Al vino vino (viene de un viejo dicho árabe)
Al-partir un beso y una flor (viene de una famosa canción árabe)
Al-...
Al final, le pusimos María...
Saturday, August 18, 2007
Expiación
Alicia dio vuelta el frasco de cera sobre el trapo. Eran ya las siete de la mañana y el hall del edificio empezaba a tener actividad. Transitaba en su mayoría, los inquilinos que se dirigían a sus respectivos trabajos, pero no faltaban a veces las amantes que se durmieron y debían volver a casa.
El ascensor bajó por última vez a las 7:35. Alicia ya sabía quién era: Daniel. Ellos dos se llevaban muy bien. En realidad, no era más que una relación de un “hola y chau”, pero para ella con esto bastaba. Sus ojos azules, su pelo desalineado y su barba de dos días hacían temblar a Alicia. Cerró la reja del ascensor con fuerza y cruzó el hall a toda prisa sin saludar a Alicia. Ella ya lo sabía: estaba llegando tarde.
Con el pelo despeinado y el portafolio lleno de papeles, Daniel se sentó en su despacho y comenzó otra día de insoportable rutina. Al mediodía recibió la noticia: su madre había muerto.
Él y su madre habían tenido una relación muy particular. Desde que su padre los abandonó, cuando Daniel tenía apenas seis años, ella había sido todo lo que tenía. Sin hermanos ni abuelos, su madre ocupó un rol central en su vida. Fue su educación y dedicación. Cuando se graduó, la había abandonado y se había ido a vivir solo. “Necesito independizarme”, le dijo. Pasaba días sin verla pero ella lo llamaba rigurosamente todos los días.
Ahora frente al ataúd, frente a la espantosa corona de rosas que le habían regalados sus viejas amigas, había terminado esa independencia. Miró una y otra vez a las personas que lo rodeaban y se dio cuenta que nadie le debía tanto a su madre como él mismo. Que nunca le dijo realmente gracias. Nunca la miró a los ojos y le dijo todo lo orgulloso que estaba de ella. Todo lo que ella le había dado, todo eso que él necesito y que siempre se lo brindó, jamás se lo pudo agradecer.
Eran las ocho y Alicia esperaba en el hall, vestida con su uniforme, para abrirle la puerta a los inquilinos que regresaban o salían. Daniel volvió a las nueve y no intercambió palabras con ella. Pensó que capaz había tenido un mal día en la oficina y se dijo así misma, convencida, de que algún día juntaría energía para decirle todo lo que quería decir. Quizá sería mañana, quizá en meses. No sabía cuándo, pero sabía que lo iba hacer.
Estaban por ser las ocho de la mañana y Alicia había terminado de pasar la cera por el hall. Miró al ascensor pero no se movió. Daniel no bajó. Junto ánimos para ir a tocarle timbre. Sería una buena oportunidad para intercambiar palabras. ¿Quién sabe? Capaz que se había dormido y ella le salvaría el pellejo en el trabajo. Así “le debería una” y sería una perfecta excusa para salir. Pero se arrepintió a último momento. Esperaría un poco más.
Pasó una semana y no supo nada de él. Comenzó a sospechar de que pasaba algo.
El ascensor bajó por última vez a las 7:35. Alicia ya sabía quién era: Daniel. Ellos dos se llevaban muy bien. En realidad, no era más que una relación de un “hola y chau”, pero para ella con esto bastaba. Sus ojos azules, su pelo desalineado y su barba de dos días hacían temblar a Alicia. Cerró la reja del ascensor con fuerza y cruzó el hall a toda prisa sin saludar a Alicia. Ella ya lo sabía: estaba llegando tarde.
Con el pelo despeinado y el portafolio lleno de papeles, Daniel se sentó en su despacho y comenzó otra día de insoportable rutina. Al mediodía recibió la noticia: su madre había muerto.
Él y su madre habían tenido una relación muy particular. Desde que su padre los abandonó, cuando Daniel tenía apenas seis años, ella había sido todo lo que tenía. Sin hermanos ni abuelos, su madre ocupó un rol central en su vida. Fue su educación y dedicación. Cuando se graduó, la había abandonado y se había ido a vivir solo. “Necesito independizarme”, le dijo. Pasaba días sin verla pero ella lo llamaba rigurosamente todos los días.
Ahora frente al ataúd, frente a la espantosa corona de rosas que le habían regalados sus viejas amigas, había terminado esa independencia. Miró una y otra vez a las personas que lo rodeaban y se dio cuenta que nadie le debía tanto a su madre como él mismo. Que nunca le dijo realmente gracias. Nunca la miró a los ojos y le dijo todo lo orgulloso que estaba de ella. Todo lo que ella le había dado, todo eso que él necesito y que siempre se lo brindó, jamás se lo pudo agradecer.
Eran las ocho y Alicia esperaba en el hall, vestida con su uniforme, para abrirle la puerta a los inquilinos que regresaban o salían. Daniel volvió a las nueve y no intercambió palabras con ella. Pensó que capaz había tenido un mal día en la oficina y se dijo así misma, convencida, de que algún día juntaría energía para decirle todo lo que quería decir. Quizá sería mañana, quizá en meses. No sabía cuándo, pero sabía que lo iba hacer.
Estaban por ser las ocho de la mañana y Alicia había terminado de pasar la cera por el hall. Miró al ascensor pero no se movió. Daniel no bajó. Junto ánimos para ir a tocarle timbre. Sería una buena oportunidad para intercambiar palabras. ¿Quién sabe? Capaz que se había dormido y ella le salvaría el pellejo en el trabajo. Así “le debería una” y sería una perfecta excusa para salir. Pero se arrepintió a último momento. Esperaría un poco más.
Pasó una semana y no supo nada de él. Comenzó a sospechar de que pasaba algo.
Channel
Parecía que nunca iba a dejar de ver la televisión, pero de eso vivía Ernesto. Él era visualizador de uno de esos programas que se dedican a pasar lo que sucede en otros programas. Un círculo televisivo infinito.
La clave en este negocio es el canal que te toca visualizar. En este caso, como en la vida, Ernesto no tuvo suerte. La señal que tenía que ver todo el día para encontrar errores en sus programas era un canal de documentales. Si bien esto resultaba tremendamente educativo para Ernesto, todo lo que él podía sacar de ese canal nunca salía al aire, porque eran errores mínimos que en realidad a nadie le importaban.
Después de largas jornadas diarias de 14 horas, el fin de semana era descanso para él (todo el mundo sabe que los fines de semana no pasa nada en los canales de documentales). Lo único que tenía para hacer era o quedarse en su casa y ver la televisión, o salir.
Ernesto frecuentaba boliches. Intentaba encontrar a alguien que entendiera su vida, o que simplemente la cambiara. Empezó a darse cuenta de que cuando contaba de qué trabajaba, las mujeres no hacían otra cosa que rechazarlo. Por eso, y con ayuda de las lecciones del canal de documentales, lentamente se fue presentando como un famoso cazador de leones, como un reconocido explorador del amazonas o como un excéntrico biólogo marino. Ernesto hacía lo que siempre quiso hacer: ser otro...
La clave en este negocio es el canal que te toca visualizar. En este caso, como en la vida, Ernesto no tuvo suerte. La señal que tenía que ver todo el día para encontrar errores en sus programas era un canal de documentales. Si bien esto resultaba tremendamente educativo para Ernesto, todo lo que él podía sacar de ese canal nunca salía al aire, porque eran errores mínimos que en realidad a nadie le importaban.
Después de largas jornadas diarias de 14 horas, el fin de semana era descanso para él (todo el mundo sabe que los fines de semana no pasa nada en los canales de documentales). Lo único que tenía para hacer era o quedarse en su casa y ver la televisión, o salir.
Ernesto frecuentaba boliches. Intentaba encontrar a alguien que entendiera su vida, o que simplemente la cambiara. Empezó a darse cuenta de que cuando contaba de qué trabajaba, las mujeres no hacían otra cosa que rechazarlo. Por eso, y con ayuda de las lecciones del canal de documentales, lentamente se fue presentando como un famoso cazador de leones, como un reconocido explorador del amazonas o como un excéntrico biólogo marino. Ernesto hacía lo que siempre quiso hacer: ser otro...
Y bueno...
Sunday, August 12, 2007
Explotación de una generación blogera
Llegar a casa para Juan significa el alivio de doce horas. Después sabrá que tendrá unas pocas horas para comer y apenas siete horas para dormir para volver al estudio a las siete de la mañana.
Por lo general está solo. No es que no tenga a nadie. Su madre lo llama todos los días para ver si necesita comida. Su padre murió de cáncer hace años. Su ex novia lo visita de vez en cuando. Es algo casi tácito. Los dos se odian, pero al mismo tiempo se necesitan, cuando no hay nada más que hacer que perder el tiempo en la cama.
El microondas está sonando. La cena está lista. La luz que emite el televisor le permite ver lo que come. El pequeño living sirve de refugio para todas sus penas interiores. Una especie de fortaleza que lo reconforta. El solo hecho de saber que está ahí y no en otro lado lo narcotiza.
Los platos ya están lavados y queda poco tiempo para irse a dormir. Se acuesta en la cama a leer. Hay un libro de Mrozek en la mesa de luz. Pasadas las doce deja el libro y enciende la radio. Cierra los ojos. Nada los despertará salvo el despertador a las seis de la mañana.
Por lo general está solo. No es que no tenga a nadie. Su madre lo llama todos los días para ver si necesita comida. Su padre murió de cáncer hace años. Su ex novia lo visita de vez en cuando. Es algo casi tácito. Los dos se odian, pero al mismo tiempo se necesitan, cuando no hay nada más que hacer que perder el tiempo en la cama.
El microondas está sonando. La cena está lista. La luz que emite el televisor le permite ver lo que come. El pequeño living sirve de refugio para todas sus penas interiores. Una especie de fortaleza que lo reconforta. El solo hecho de saber que está ahí y no en otro lado lo narcotiza.
Los platos ya están lavados y queda poco tiempo para irse a dormir. Se acuesta en la cama a leer. Hay un libro de Mrozek en la mesa de luz. Pasadas las doce deja el libro y enciende la radio. Cierra los ojos. Nada los despertará salvo el despertador a las seis de la mañana.
Ecco
Incompleto
Se sentía cómodo con su grupo de amigos. Todos los fines de semana se juntaban a charlara de la vida y de sus aburridas rutinas en el trabajo. A pesar de las penurias, las cerveza de por medio parecía unir a ese grupo de amigos y él no podía esperar al fin de semana para encontrarse con ellos.
Un nuevo año comenzó y él comenzó a faltar a las reuniones. El trabajo en la oficina se hizo más insoportable y los fines de semana fueron dos días más de trabajo. Hablaba por teléfono con ciertos amigos del grupo, pero nunca pudo juntarse con todos. La charlas por teléfono se hicieron más frecuentes. Fue la única forma de enterarse lo que sucedía o cómo actuaban ciertos amigos a lo que él ya ni hablaba ni veía.
Los meses pasaron y él se empezó a dar cuenta de la soledad de su existencia. De repente, él sólo conocía a un par de amigos, nada más. Realmente sólo sabía de los amigos que hablaban por teléfono con él. Los demás, eran sólo un cuento de otro. La mayoría de sus amistades eran únicamente un comentario o una anécdota que le contó un amigo por teléfono. Todo lo que sabía de la mayoría de su grupos de amigos era a través de alguien.
Se dio cuenta de lo frágil de las amistades. De qué fácil se puede tener amigos o amigos virtuales. De cómo un recuerdo significa tanto. Pero que, al mismo tiempo, no son nada más que recuerdos y que esas memorias no hacían más que dinamitar su existencia.
Un nuevo año comenzó y él comenzó a faltar a las reuniones. El trabajo en la oficina se hizo más insoportable y los fines de semana fueron dos días más de trabajo. Hablaba por teléfono con ciertos amigos del grupo, pero nunca pudo juntarse con todos. La charlas por teléfono se hicieron más frecuentes. Fue la única forma de enterarse lo que sucedía o cómo actuaban ciertos amigos a lo que él ya ni hablaba ni veía.
Los meses pasaron y él se empezó a dar cuenta de la soledad de su existencia. De repente, él sólo conocía a un par de amigos, nada más. Realmente sólo sabía de los amigos que hablaban por teléfono con él. Los demás, eran sólo un cuento de otro. La mayoría de sus amistades eran únicamente un comentario o una anécdota que le contó un amigo por teléfono. Todo lo que sabía de la mayoría de su grupos de amigos era a través de alguien.
Se dio cuenta de lo frágil de las amistades. De qué fácil se puede tener amigos o amigos virtuales. De cómo un recuerdo significa tanto. Pero que, al mismo tiempo, no son nada más que recuerdos y que esas memorias no hacían más que dinamitar su existencia.
Friday, August 10, 2007
La dictadura de las medias
Ya me cansé. El uso de las media en mi casa era casi anárquico. Existían en la vuelta como diez pares de medias. Esos pares las compartíamos mi hermano y yo.
Como suele suceder en temas de propiedad, la ambición domina al hombre. Así pues, los dos nos peleábamos por quién se quedaba con más medias en su cajón, para después usarlas. La pelea consistía en ir a buscar las medias al cajón de la ropa limpia y apropiarse de la mayor cantidad posible de medias así después no sufrir una escasez de las mismas en nuestros respectivos cajones.
Pero todo se terminó un día. Decidí comprarme mis propios pares de medias y marcarlos con mi nombre para que no hubiese confusiones. Terminé con la subversión.
Todos nos ponemos medio fachos a veces. No puedo esperar a ver su reacción cuando vea el cajón de la ropa limpia.
Como suele suceder en temas de propiedad, la ambición domina al hombre. Así pues, los dos nos peleábamos por quién se quedaba con más medias en su cajón, para después usarlas. La pelea consistía en ir a buscar las medias al cajón de la ropa limpia y apropiarse de la mayor cantidad posible de medias así después no sufrir una escasez de las mismas en nuestros respectivos cajones.
Pero todo se terminó un día. Decidí comprarme mis propios pares de medias y marcarlos con mi nombre para que no hubiese confusiones. Terminé con la subversión.
Todos nos ponemos medio fachos a veces. No puedo esperar a ver su reacción cuando vea el cajón de la ropa limpia.
Wednesday, August 8, 2007
La gran obra
El cartel del teatro decía: “GRAN ESTRENO: 24 horas en la vida de Charles Flemound”. Su director y creador, George Marante, se jactaba de que está obra representaba en momento cumbre de su carrera y de nada parecido había pisado las tablas.
Las localidades se agotaron rápido. El teatro se colmó de gente. Pasaron dos minutos de las nueve de la noche y se estrenó la obra.
La primera hora se había hecho llevadera para todos los espectadores, pero a la tercera hora la gente se empezó a levantar de sus asientos. Algunos para ir al baño. Los demás, para irse. Finalmente, ya habían pasado más de doce horas y el teatro estaba vacío.
La obra fue un fracaso. La razón: la gente va al teatro porque le queda algún tiempo libre, pero veinticuatro horas es mucho tiempo que desperdiciar.
Las localidades se agotaron rápido. El teatro se colmó de gente. Pasaron dos minutos de las nueve de la noche y se estrenó la obra.
La primera hora se había hecho llevadera para todos los espectadores, pero a la tercera hora la gente se empezó a levantar de sus asientos. Algunos para ir al baño. Los demás, para irse. Finalmente, ya habían pasado más de doce horas y el teatro estaba vacío.
La obra fue un fracaso. La razón: la gente va al teatro porque le queda algún tiempo libre, pero veinticuatro horas es mucho tiempo que desperdiciar.
Thursday, August 2, 2007
Importado
Salí de la tienda con la máquina para ver el pasado inmediato. Me daba igual tenerla o no, pero como un amigo me había regalado una licuadora (¿qué hombre no tiene una licuadora en su casa?) decidí cambiarla por algo que yo no tenía.
El principal problema de mi Maquina de ver el pasado inmediato fue la imposibilidad de ver más de dos veces el pasado inmediato. Al ver por primera vez el pequeño monitor del artefacto, no tenía problema de mirar lo que había sucedido hace a penas unos segundos. Pero al intentar verlo de nuevo, lo único que podía ver era a mí mismo viendo lo que había sucedido hace algunos segundos (que para ese instante ya eran unos minutos).
Devolví de inmediato el aparato con una carta de queja. Es el problema de comprar cosas fabricadas en china.
El principal problema de mi Maquina de ver el pasado inmediato fue la imposibilidad de ver más de dos veces el pasado inmediato. Al ver por primera vez el pequeño monitor del artefacto, no tenía problema de mirar lo que había sucedido hace a penas unos segundos. Pero al intentar verlo de nuevo, lo único que podía ver era a mí mismo viendo lo que había sucedido hace algunos segundos (que para ese instante ya eran unos minutos).
Devolví de inmediato el aparato con una carta de queja. Es el problema de comprar cosas fabricadas en china.
Friday, July 27, 2007
Letras

- ¿Qué te hice?
- La pregunta sería qué no me hiciste.
- Te di la vida.
- Para tener esta vida, hubiera preferido que no me crearas.
- …
- La mina con que me enganchaste es un embole.
- Pero Celeste y tú son el uno para el otro…
- La maldita no para de hablar. No hace otra cosa que estar de acuerdo conmigo. Nos gustan los mismos programas de tele, la misma película, novelas… No los soporto…
- ¡Es perfecta!
- Para ti lo será. Yo sólo sé que lo único que quiero en mi vida es una mujer que sea completamente lo contrario a mí.
- …
- Maldito seas. Maldita sean tus palabras. Maldito sea el trabajo que me inventaste, mi estúpida rutina, mis aburridas noches…
Antes de que pudiera terminar la queja, el autor escribió sus últimas líneas, en donde moría el personaje.
Tuesday, July 24, 2007
Lo que necesitaba

Con la cara empapada más con sus lágrimas que con el agua que le había bañado, afrontó la amarga tarea de comunicar su error. La dueña de casa lo miró. El silencio de ella fue un martirio para él. De repente, casi de la nada, la dueña se empezó a reír. Una carcajada tan fuerte que hasta él no puedo evitar sonrojarse.
Todo quedó ahí. Al otro día volvió tranquilo, con un dejo vergüenza por haberse sentido así y con un agradecimiento eterno aquella dueña y a su reacción. Había sido todo lo que él necesitaba para sentirse mejor después de semejante tragedia.
Terminó el trabajo antes de los esperado. Vio que la señora le había dejado su paga sobre la mesa, y se fue, sin tomar un solo peso.
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