
Lo cierto que esta mina se lo buscó. Calor, mucho calor, eso no lo niego. Pero la musculosa que llevaba era tan chica que insinuaba lo no insinuable. Un par de epítetos elegantes salieron de una obra de la cuadra (¡Cómo te parto! ¡Pero que…!). Yo los miré con cara rara. En seguida saltó un grito.
“¿Qué? Me vas a decir que vos no…”. La verdad es que tenía razón. Yo sí.
1 comment:
Hombres, hombres no pueden con su condición y el calor los deja aún peor.
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