Hoy, en el ómnibus, recordé que la noche anterior, se me había ocurrido algo para publicar aquí. Me reí un par de segundos, di vueltas en la cama y me convencí de que ese comentario sería un éxito. Convencido de esto (perdón por la elaboración complicada de la expresión, pero sepan entender, estaba dormido), me dije a mí (seguía dormido) de que no valía la pena anotarlo en mi libreta, pues me iba a acordar de ese chiste que a las tres de la mañana me causaba tanta gracia. Y aquí me ven, intentando recordar algo que no puedo saber qué es.
1 comment:
Suele ocurrir, pero peor es cuando lo apuntas y no sabes dónde carajo lo escribiste
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