Tuesday, April 21, 2009

Que se haga la luz

Entré a ciegas al baño. Y me tuve que manejar así durante un buen rato. No sé si hay un capítulo en algún libro de arquitectura sobre esto, pero el interruptor de la luz del baño debe ser de las primeras cosas a mano en este tipo de recintos..., el segundo es el inodoro, claro está. No me preocupa tanto la altura, pues con un tanteo razonable puede ser encontrado. El tema es la pared en el que se encuentra.

Primero: tiene que estar adentro. Nada de dejar a merced de otros la clásica broma de te corto la luz mientras estás meando. Para una mujer esto no es tanto problema. Pero para un hombre se convierte en una actividad complicada. Es como tirar un penal: se te achica el arco. Segundo y no menor: el interruptor debe estar en la pared que no choca con la puerta, es decir, el espacio que queda libre y no oculto cuando uno ingresa al habitáculo. ¿Si la puerta se abre para afuera? No, señor, si la puerta se abre para afuera usted se metió a un ropero.

Bueno, parece que el tipo que diseñó este baño no tenía mucha idea de la lógica, o nunca fue a un baño en su vida. El interruptor estaba oculto detrás de la puerta, imperceptible si ésta estaba abierta e invisible si ésta se cerraba ya que el cuarto se quedaba a oscuras. Yo fui al baño igual. Digamos que me atajaron un par de penales.

1 comment:

eresfea said...

Brillante.