
Primero: tiene que estar adentro. Nada de dejar a merced de otros la clásica broma de te corto la luz mientras estás meando. Para una mujer esto no es tanto problema. Pero para un hombre se convierte en una actividad complicada. Es como tirar un penal: se te achica el arco. Segundo y no menor: el interruptor debe estar en la pared que no choca con la puerta, es decir, el espacio que queda libre y no oculto cuando uno ingresa al habitáculo. ¿Si la puerta se abre para afuera? No, señor, si la puerta se abre para afuera usted se metió a un ropero.
Bueno, parece que el tipo que diseñó este baño no tenía mucha idea de la lógica, o nunca fue a un baño en su vida. El interruptor estaba oculto detrás de la puerta, imperceptible si ésta estaba abierta e invisible si ésta se cerraba ya que el cuarto se quedaba a oscuras. Yo fui al baño igual. Digamos que me atajaron un par de penales.
1 comment:
Brillante.
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