Thursday, April 30, 2009

Gentil

De vez en cuando, cuando me duele la espalda, recuerdo una anécdota interesante de Hernán Cortés. Cuando andaba de visita por la cama de una amante, Cortés se vio sorprendido por el marido engañado. La única salida que encontró fue escapar por la ventana, pero cuando se subió a una viga para cumplir su objetivo, ésta se vino abajó causándole con la caída un fuerte golpe en la espalda. Tal fue el dolor que sintió que ni siquiera pudo defender su honor ante el marido despechado, que cuando lo fue a retar a duelo, al verlo moribundo en el suelo, tuvo piedad por él. Esa punzada en la espalda le acompaño durante toda la conquista, pero quién dice que no valió la pena. Mi dolor es producto de un mal colchón...

1 comment:

eresfea said...

Sigue soñando con la milanesa..., tenías mejores despertares, je, je.