
He visto ayer
Gran torino (lo siento, Hudson). Debo confesar que quedé maravillado por Eastwood y su persistente "grrr" durante toda la película. El desprecio por la vida ajena, porque la de uno mismo ya resulta miserable; ver cómo el tiempo ya se fue y que realmente no hicimos mucho; lo que nos rodea nos es rotundamente extraño; todas son sensaciones que experimentaré personalmente en unos años (quiero creer) y sin embargo Eastwood las pone ahí, con cada "grrr" que retumba con un escupitajo que decora la pantalla. A partir de ahora, y cada vez que lo amerite, lanzaré un "grrr" interno, quizás por una mujer, quizás por algún amigo, quizás por mi vida...
2 comments:
Qué revelación la de vivir a destiempo. Comprender que no se comprende la realidad en el momento...
(Por eso me gusta tanto Dovlátov).
Y así terminó Dovlátov. No es fácil convivir con ese tipo de revelaciones.
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