Thursday, April 23, 2009

Soñar

No soy inteligente. Lo sé. Y ha quedado más de una vez claro en este medio. Pero mi estupidez tiene un límite, o por lo menos yo se lo quiero encontrar. El tema es el siguiente: ayer soñé con un plato de milanesas con papas fritas. Y esto me preocupa realmente.

Se supone que el mundo de lo onírico es un universo inagotable de ideas que fluyen constantemente por un éter infranqueable (sí, tan raro es que la frase anterior es algo normal en ese mundo). Las capacidades que nuestro inconsciente tiene para crear un sueño son, por lo tanto, ilimitadas. Podemos soñar desde que nos levantamos a esa minita que no nos da bola (y ella no ama eternamente), a que somos multimillonarios que vivimos en Marte. Son tantas las variables que existen que es imposible ejemplificarlas certeramente (por eso los ejemplos anteriores no son tan efectivos).

Dicho esto vuelvo al primer párrafo. De todos los grandes sueños que pude crear, esas fenomenales ideas que pueden cambiar al mundo, esas aventuras absurdas y sin sentido..., de todo eso, mi cerebro se limitó a mostrarme un plato de milanesas con papas fritas. Y me tiene muy mal eso. Me gustaría saber qué harían ustedes al levantarse después de semejante sueño. Yo no tuve un día normal.

2 comments:

Al Nonino said...

Se extrañan las milanesas. Casi tanto como la familia. O más.

eresfea said...

Lo obvio: un desayuno pantagruélico.

Yo, como vasco, no desprecio el sueño gastronómico. Eso sí preferiría soñar con un foie a la plancha acompañado de revuelto de hongos, pero, para gustos, colores.
(Para que te sientas aliviado; creo que era San Agustín quien daba gracias por no ser responsable de sus sueños).

P.D.: ¿No había nada para tomar?