“El árbol que tú olvidaste, siempre se acuerda de ti”. No habla de un jardinero. Menos habla de un guardabosques. Habla de una madre. Un Padre. Un hijo. Una mujer. Un hombre.
Olvidar. Es un crimen tan condenable como matar. Darle paso al tiempo por sobre la memoria. Pensar que eso ya es parte del pasado. Olvidar. Por más que lo queramos hacer, “El árbol que tú olvidaste, siempre se acuerda de ti”.
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