Gabriel era una persona muy trabajadora. Era empleado del Sol, y como todo trabajador del Sol se levantaba todos los días a las tres de la mañana, para entrar a trabajar a las seis (el viaje al trabajo era largo).
Él estaba contento con su trabajo. Ganaba buen dinero, el clima en la oficina era casi siempre caribeño y en invierno trabajaba poco. Los veranos eran complicados. Las jornadas se hacían muy largas y encima con el cambio de horario salía de trabajar a eso de las nueve y media.
A Gabriel no le molestaba nada de esto. Se preocupaba realmente por otras cosas. Desde que comenzó a trabajar ahí, hace ya doce años, había dejado de ver el amanecer, o el ocaso. No tenía ni idea de cuándo era amanecer y cuándo era ocaso. Hasta a veces perdía la noción del tiempo y no sabía si era de día o era de noche.
¿Volvería alguna vez a ver un amanecer, o un ocaso? ¿Podrá distinguir qué es cada cosa? Esto le carcomía la cabeza.
2 comments:
Bueno...a las 21.30 en verano está terminado el ocaso. Capaz si sale 5 mins antes lo ve. Quién te dice.
Salú!
inviernos livianos. a mí con un poco de aire condicionado no me molesta trabajar mucho en verano.
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