Friday, April 13, 2007

Dos

El ciclista, con su ropa de velcro rosa, se sentó en la sala de espera de la gran compañía. La secretaria le había dicho que esperara que enseguida iba a ser atendido.

- Puede pasar señor…

El hombre entró a la gran oficina. Al final de un largo corredor lleno de cuadros y figuras exóticas, estaba el despacho en donde esperaba una persona diminuta y con la camisa desarreglada. El ciclista se acercó al despacho después de caminar un rato.

- Bienvenido –dijo la diminuta figura.
- Gracias señor, es un placer estar aquí.
- Ah… ¿sí?
- Sí, sí. Es muy importante que una empresa tan prestigiosa quiera que su publicidad salga en nuestro equipo de ciclista…
- ¿Cómo dice? –dijo el ejecutivo entre risas.
- Sí… ¿no me llamó para eso?
- Amigo –dijo el ejecutivo en un tono paternal -, esta empresa se viene a pedazos. Nuestras acciones han bajado un 220%. ¿A usted le parece que tenemos dinero como para invertir en un equipo como el de ustedes?
- Bueno, no nos ha ido muy bien…
- Vienen saliendo últimos desde hace más de diez años en la vuelta ciclista.
- Es verdad, pero…
- No se preocupe mi amigo. Es precisamente por esa razón por la que lo he citado hoy.
- Ah –dijo el ciclista-. No entiendo…
- Mire. Usted y yo sabemos que este bendito país arranca sus actividades cuando el último ciclista llega al velódromo, es decir, usted.
- Bueno, este año nos estamos preparando mejor…
- Nada de eso amigo mío –dijo el ejecutivo mientras prendía un puro-. Usted llegará último. Y lo que es mejor, llegará con una semana de retraso. Ese tiempo será suficiente para trasladar el poco dinero que nos queda a un banco en las Islas Caimán. Para cuando comience el año nadie entenderá nada. La empresa no existirá y será demasiado tarde como para que los accionistas se quejen.
- No entiendo por qué será demasiado tarde…
- Amigo, todos sabemos que los grandes accionistas se van de vacaciones en la víspera de la vuelta ciclista. Para cuando vuelvan no existirá tal compañía y los principales dueños estaremos tomando agua de coco en el caribe.

El ciclista no sólo ganó la vuelta ciclista sino que llegó con dos días de antelación. El año comenzó antes, y la empresa colapso. Ya lo dijo un amigo mío cuando casi pisa a un “bi-rodado” mientras manejaba: no se puede confiar en los ciclistas.

1 comment:

Al Nonino said...

Excelente, Eimb.