Todos los días podemos encontrar en los noticieros de Uruguay las encuestas callejeras. Y lo de encuestas debería ir entre comillas. Todos los días... “encuestas” callejeras. Sobre un tema “picante” (de nuevo las comillas) el informativo entiende necesario que: un peatón que camina por la calle, que quién sabe cuánto conoce sobre el asunto, sea detenido de improvisto y bombardeado con una pregunta que debe contestar en pocos segundos sin pensar.
Lo curioso es que este fenómeno se ha convertido prácticamente en una sección del telediario (no se me ocurren más sinónimos para informativo). Y tanto ha captado la atención, que hasta los anuncios cuentan con sus propias encuestas. Un producto ahora se vende por “encuestas” callejeras (pagas, claro está).
Ahora, bien: ¿necesitamos esto? ¿Acaso nos sirve realmente saber qué piensa alguien cualquiera sobre que un negro sea presidente de los Estados Unidos? Pues creo que no. Lo último que quiero saber yo es lo que piensan los demás sobre lo que pasó en Estados Unidos. Para eso me voy a la peluquería, o mejor al mecánico, que es el equivalente masculino de la peluquería (los dos son santuarios impenetrables por el sexo opuesto).
No quiero saber lo que piensan los demás, nadie lo quiere. ¿Entonces por qué están? En mi opinión, las “encuestas” callejeras están porque la mayoría quiere salir en ellas. Se sustentan en el hecho de que la muchos esperarán su momento de hablar y en definitiva de salir en cámara. Y como todos guardarán esa esperanza, siempre habrá gente mirando, o esperando una cámara en la calle.
Lo que más me intriga de la gente que responde es hacia dónde va. Hacia dónde se dirige esa persona. ¿Por qué se detuvo? ¿Por qué…?
Tipo de respuestas:
- El que quiere hablar
- El toco y me voy: responde mientras camina o se aleja del la cámara.
- El políticamente correcto: de los más aburrido pero al mismo tiempo útiles.
- El que responde a la línea editorial del medio: abundarán…, créanme…
- El que no responde: aparece manifestando su negativa (generalmente insertada en la isla de edición cuando la producción se entera que sobran minutos del informativo).
- El que no sabe: similar a la anterior pero en vez de negativa es ignorancia (que evidentemente está presente en todas las respuestas).
- El conservador: anciano o viejo de mierda (va por cuenta de la casa) que quiere que vuelvan los tanques a la calle y a favor de la pena de muerte, todo para demostrar que no quiere irse sólo de este mundo.
- El remate: un niño manifestando alguna incoherencia.
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