Wednesday, January 28, 2009

Anita

La noche que me dejó Anita el cielo estaba despejado.

- ¿Querés que me deshaga del perro?
- No entendés, simplemente no entendés…

Evidentemente no entendía. Yo no la amaba, pero la quería. Y comenzar a vivir solo no estaba en mis planes. Creo que en los de ella tampoco. Esa noche salí a caminar por la calle mientras paseaba a mi perro. La luz de la luna era más fuerte que los suaves focos amarillos. Se me ocurrió que el cielo debería de haber estado nublado, por cliché de una noche fatídica. Sin embargo el clima tomó de buena gana la ida de Anita.

Lo que más me inquietó de vivir solo no fueron las noches interminables de vino, ni mis intentos fallidos por cocinar. Lo más extraño era que cada vez que iba al baño, cerraba la puerta. Como si alguien más en la casa pudiera intimidarme. Claro que no era por mi perro, que se la pasaba día y noche en el balcón y poco le preocupaba lo que hacía en el baño. Simplemente sentía timidez de dejar la puerta abierta y que alguien, quizás Anita, se colara por ahí. Más allá del cariño que le tenía, una cosa era hacer el amor, otra era compartir un baño.

Mis amigos intentaron reanimarme. Y como cuando una familia empieza a ocuparse de un familiar enfermo, se turnaban (se suponía que disimuladamente) para salir conmigo. Pero su intento era tan forzado que hasta llegué a darme cuenta que hasta cada uno tenía un día asignado. Fernando – lunes. En general íbamos al bar de la esquina. Santiago – Miércoles. Llegaba siempre tarde. Terminábamos pidiendo pizza. Jueves – Daniel. Recorríamos librerías. Cuatro semanas después de esta rutina les pedí que no llamaran más.

Unos meses después volví a salir con mis amigos. La noche estuvo complicada. Bebí mucha cerveza y antes de hacer desastres (ya tenía el número de una chica en mi bolsillo), volví a casa. La vejiga me explotaba de tanta cerveza y entré corriendo sin saludar a mi perro. Comencé a orinar y por el reflejo del espejo pude ver que había dejado la puerta abierta.

1 comment:

Saji said...

ayyyy! a santi le tocan los miércoles!