“El destino es algo cruel, lo sé. Jamás podré vencerlo. Lo he intentado durante varios años. Me levantaba todos los días con intención de burlarlo. Llegué a seguir la misma rutina todos los días intentando ver si de esa forma las cosas saldrían a mi manera. Usé la misma ropa los días clave. Leí el mismo diario durante meses. Pero jamás llegué a dominar al destino. Puesto que las cábalas son eso, un pretensión del ser humano de ir en contra de su destino, de luchar contra lo que le puede suceder. Yo no lo pude hacer. Me quedé encerrado en un sin fin de cábalas, en un laberinto intrincado de significados que se fueron perdiendo con el tiempo y que terminaron por sofocarme.
Hoy, luego de pasar una juventud arruinada por mi locura, sí puedo concluir que en cierta medida controlé mi destino. Pero no esa moira que todos conocemos, sino una moira espiritual, una más personal. Acabé por conocerla perfectamente y la dominé tanto que me asqueó. Conocía cada movimiento que debía hacer. Cada bocanada de aire que debía aspirar. Cada dolor que debía padecer. Y sin embargo, seguí siendo tan incompleto como siempre. Hoy me despido de esta lucha con una sola idea: que el destino me lleve flotando como lleva el mar al cadáver de una persona a la deriva”.
1 comment:
Lo entiendo. Y asusta....
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