
Es muy difícil que una persona admita los errores que realmente duelen. Un “yo robé”, “yo la lastimé” o un “yo deseé que se muriera”. Todos lo sentimos, sin embargo, decidimos enterrarlo en lo más profundo de nuestros pensamientos y convencernos de que nosotros no somos así, que ese instinto agresivo de equivocarnos no entra en nuestra rutina. Que no somos tan humanos. Olvidamos cuando realmente fuimos racionales y sacamos todo lo peor de nosotros, y fallamos.
Seamos más sinceros de una vez, por favor. Admitámoslo, nosotros también nos equivocamos.
No comments:
Post a Comment