El despertador me taladró el oído a las diez. Tenía que comprar algo para el Día de las madres. “Madre hay una sola” dicen. Por suerte, porque si se me complica tanto con una, no quiero ni saber con dos.
Lo cierto es que la resolví simple: flores. Ella quedó muy contenta. Lo que ella no sabe es cuánta gente estaba conmigo comprando flores.
Creo que las flores se trasformaron en el último recurso, como cuando en el fútbol el defensa baja de una patada a un delantero cuando lo elude para quedar solo frente al golero. Nosotros somos el defensa, y el delantero…, pues es el día. El día avanza y avanza hasta que tenemos el regalo. Después qué importa. Y un domingo a las diez, cuando faltan pocos minutos para que mi madre se levante y no tengo nada más que sueño, sólo queda el último recurso.
2 comments:
¿Ése no es el cuadro que arregló Mr. Bean en la película?
EXACTO, ese es.
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