Para mí, la efectividad del bronceador es directamente proporcional a la consistencia del mismo. Es decir que, cuanto más espeso el bronceador es, más protegidos vamos a estar del tirano sol.
Tanto es así que ustedes mismos pueden hacer la prueba empírica. Lo único que necesitan es un bronceador factor 8 y otro factor 70. Pónganse uno en cada pierna y vean cuál cae más rápido. Les puedo asegurar que el de 8 caerá con una velocidad imperceptible mientras que el de 70 se quedará quieto, sin inmutarse, como el Leo Romay cuando atajaba para Nacional.
Si este Verano quieren protegerse del sol, lo único que deben hacer es comprar un bronceador cuya consistencia sea similar a la de una gelatina. De lo contrario, si quieren sufrir las quemaduras más dolorosas que lo lleven directamente al Centro Nacional de Quemados en el Clínicas o a tener cáncer de piel, asegúrense de que su bloqueador solar se escurra a la velocidad del aceite.
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