Ya es la segunda vez que pasa esto. Mi madre volvió de su congreso en Alemania “y la valija no estaba". Estuvo media hora esperándola, como quien espera que la minita que le gusta le diga por lo menos hola (brillante analogía). Otra media hora para hacer la denuncia. Y recién apareció por esa especie de pasarela que es la salida del Aeropuerto de carrasco.
Pero nadie se preocupó por mi, que me comí una hora y media parado como un gil –me olvidé, estuvo media hora en el free shop- acompañado de los caballerosos maleteros, que no hacían más que decir piropos de camioneros a todo espécimen del sexo opuesto que pasaba por al pasarela de recién llegados.
Mi regalo, por supuesto, se quedó en la valija.
Friday, September 8, 2006
Y la valija, no estaba
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