Y todo se reduce a esto. Yo, frente a una computadora, con un monitor que para estas épocas me parece gigantesco..., decorado con arreglos que yo ni entiendo qué significan. Espero un correo electrónico que nunca llegará. Un respuesta gentil que no se hará efectiva. Y tendré que subir la escalera, con simpatía disimulada, rogando a medias que lo que pido se haga. Dirán que no, más de una vez. Diré maldito en mi interior, más de una vez. Todo termina con un brindis y un feliz año nuevo. Así es la vida feliz en la nueva familia...
1 comment:
Ojalá haya llegado el correo.
Abrazo de borracho.
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