Saturday, November 10, 2007

Mala mía

“ …Hasta altura de mi vida tengo que decirlo: soy enano. Y no es el hecho de ser enano que me perturbe, sino el hecho de mi oscilación en mi altura. Supe medir 1.70. Después 1.69. Después 1.70. Y hace unos días confirmé de nuevo 1.69. En un principio pensé que el instrumento de medida estaba mal, pero como en las fichas médicas figura así, pues debe ser cierto… En definitiva, el tema es que perder un centímetro a mi altura, es mucho. Sin dudas hace la diferencia.

Ser bajo no es tan malo como parece…, miento, es una mierda. La única ventaja que se tiene es que en cierta riñas callejeras te pueden tener lástima. No sé si es buena o mala la lástima, pero a la hora de pelear, a mí me agrada… lo que no quita que me he llevado las mías (seamos justos, yo también he repartido).

Ni hablar a la hora de las mujeres (que es a todas las horas). Al vivir en un mundo que se guía por los estándares superficiales (los cuales yo respeto), resulta muy difícil que una mujer a primera vista quiera salir con una persona baja. Nos descartan como cuando vemos un montón de figuritas para nuestro álbum y descartamos las repetidas.

Por eso, lo único a la que se puede aferrar un enano es a su personalidad. No le queda otra cosa. Si quiere pelear ahí afuera, tiene que entrenar día a día todo tipo de frases que puedan atraer a una chica y que no lo dejen de lado. Es como el salmón remando contra la corriente. Debemos adentrarnos en el río y luchar contra todo. Se sabe que de primera se va a perder, pero igual lo intentamos. Un bajo, sin personalidad, no puede pelear ahí afuera. Un bajo, sin personalidad, es un jockey.

Claro que, en tiempo de confesarme, debo admitir otro defecto que tira aún más abajo mi entrada al mundo femenino: seseo. No constante pero zí impertinente… mierda lo volví a hazer. En este caso, la gente tiende a no destacar este defecto. Uno habla mal y cualquiera se te queda mirando como diciendo “le digo o no lo digo…”. Peor aún si hablo en grupo. En general se miran entre ellos cuestionándose lo mismo. A veces hasta repiten la palabra que seseé (¿?) en voz baja. El temas es que, si voy a hablar con una mujer, en un boliche, soy bajo y encima seseo… es una gran desventaja. Definitivamente voy a tener que remar mucho. No hay mujer que le guste eso, o por lo menos, si le gusta eso, definitivamente no es mi tipo de mujer.

Por eso tú, mujer, ya sabes que hacer después de escuchar esto. Dame una oportunidad, aunque sepas que te defraudaré…”

9 comments:

Anonymous said...

Si un hombre se me presenta así, definitivamente salgo con el

Ignacio Bermúdez said...

Y bueno, a las órdenes...

Anonymous said...

Para cuando una funcion en el Moviecenter??? Que grande nacho. Pero creo que el principal problema de los bajos es no llegar a los estantes de comida en la cocina...

Abrazo

eresfea said...

Estás que te sales... Yo que tú, para redondear el cuadro, arrastraría una patita. ¡Bajo menguante, ceceante y rengo! Ya te veo cumpliendo con la cuota canalla en algura serie de televisión.
Abrazo.
(Ah, mídete al levantarte de la cama después de un largo sueño y, a lo mejor, llegas a los 171 centímetros).

Ignacio Bermúdez said...

Nunca supe si es seseo o ceceo. Lo que sé es que de las dos formas me suena bien... y mal...

Habichuela Mágica said...

Cheee, nada de enano! Buscate petisas...

Ignacio Bermúdez said...

¿Lo qué? Demasiado complicado la tiene uno para poner requisitos.

Anonymous said...

Ya lo dijo Fito, es sólo una custión de actitud...

Ignacio Bermúdez said...

¿Cómo estás tú, liz?