Para economizar en momentos de crisis, compré una remera para cada día de la semana. Lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo imprimí en cada una de ellas. Como la distancia entre volver a usar cada una sería de una semana, el lavado no sería una interferencia en mi nuevo sistema. Claro que no tuve en cuenta la rotura de mi lavadora, lo que alteró rotundamente mi semana.
El lunes amanecí como si fuera un martes. Perdí varias reuniones y olvidé recoger a mi madre del médico. Para peor dejé plantada a mi novia en el restaurante, lo que significó un sermón telefónico.
Los problemas se fueron acumulando cuando llovió. Y mucho. Lo que se había convertido en un martes terminó siendo un domingo. Falté al trabajo, no pasé a buscar a mi novia por su clase de yoga de los martes y seguí dejando a mi madre en el hospital. Por falta de vestuario fue domingo por varios días.
Cuando la lavadora volvió a su lugar mi vida era un desastre. Me despidieron. Mi madre ya no me hablaba y mi novia me había dejado. La economía podrá ser práctica pero a veces resulta muy poco útil.
3 comments:
Unos hacían planes quinquenales, otros semanales...
Muy bueno.
Un amigo había desarrollado la misma técnica pero con ropa interior. Y tuvo problemas parecidos a los tuyos: me dijo que el sistema, al final, fue una cagada.
Tenés que hacerte remeras reversibles. Por ejemplo: de un lado lunes y del otro martes. Disminuyen los errores.
Pregunta: lo que dijo Nonino de la cagada, ¿fue literal?
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