A pesar de que me recibió un montón de polvo y pelos de perro llegué a impactar contra el fondo de la bolsa de tela. Me limpié la cara, o lo que puede de ella, y comencé a explorar. No reinaba una oscuridad tremenda, pero tuve que esperar un poco hasta que mis ojos se acostumbraran.
La aspiradora me había succionado tan fuerte a su interior, de una manera tan imprevista y poco cortés, que a penas recordaba lo que había sucedido. Comencé a recobrar lentamente la memoria. Algo atascado en el caño. Metí mi mano. Aspiradora prendida. Zas. Oscuridad, polvo y pelos.
Examiné un poco el lugar. La bolsa debió haber sido cambiada hace tiempo si no cómo explicar tanto polvo. Pero claro, ¿quién la va a vaciar ahora? ¿Quién vendrá a rescatarme?
4 comments:
chico toy en un lugar similar al tuyo..
El rescate cuándo vendrá...
Vamos comadreja, falta menos, hay que esperar, ¡¡pero ya vamos a conseguir lo que queremos!!
¡Aprovecha la ocasión! ¡Organiza una revolución (¿bolivariana?) ahí dentro entre los ácaros del polvo!
¡Eso, República Independiente de Eimb!
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